miércoles, 26 de septiembre de 2012


La rueda, de un carruaje hirió la pata de un hermoso perro de San Bernardo. Iba éste hacia su casa, cojo y dolorido y al verlo pasar un herrero le dio lástima

  Lo llamó, le lavó la herida, puso en ella unas gotas de bálsamo y la vendó cuidadosamente. El perro siguió haciendo visitas diarias al herrero éste lo siguió curando y al cabo de una semana el perro estaba curado por completo.

  No se olvidó por eso, de su bienhechor a cuyo taller acudía con frecuencia para mostrarle su agradecimiento.

  Habían pasado algunos meses, cuando una mañana encontró el herrero en la puerta de la herrería; dos perros. Uno de ellos, era su antiguo amigo el de San Bernardo y el otro un galgo que tenía la pata herida y llena de sangre

  El herrero, quedó asombrado de aquel rasgo de inteligencia y de nobleza de sentimientos en un animal y se puso a curar al galgo. El de San Bernardo hizo entonces grandes demostraciones de agradecimiento y de cariño mientras el herrero llorando de gozo le decía. Hiciste bien, y te lo agradezco. Sabías que podías contar con tu antiguo amigo y no sólo has favorecido, a este perro sino que me has dado una mañana feliz.   (anónimo)




Herrero
Hombre que tiene por oficio labrar el hierro.

Bálsamo
Medicamento compuesto de sustancias comúnmente aromáticas, que se aplica como remedio en las heridas, llagas y otras enfermedades.

Bienhechor
Que hace bien a otra persona.

Herrería
Oficio de herrero.

Galgo
Erupción cutánea, parecida a la sarna, que sale frecuentemente en el cuello por falta de aseo.

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