miércoles, 24 de octubre de 2012

LA INFERENCIA


Es el proceso de razonamiento mediante el cual se parte de ciertas premisas o ideas que sirven de base para llegar a una conclusión. Utilizarlas es fundamental cuando se quiere comprender o interpretar un texto. Existen dos formas de realizar inferencias: la deducción y la inducción.
                      a) Por medio de la deducción, a partir de una información general, llegamos a una conclusión particular. Este proceso es el más seguro para realizar inferencias.

Información    Para entrar a este espectáculo teatral, es necesario presentar un boleto.
general.

Aplicación de   Juan está entre el público viendo el espectáculo; por lo tanto, debe de haber    

Un  caso particular . presentado un boleto

               b) Por medio de la inducción, a partir de varios datos particulares, llegamos a una conclusión general.
Datos particulares.    Los lunes, miércoles y viernes, Ana entrena vóley; los martes, jueves y sábado practica básquet.

Conclusión general.  Ana es una deportista disciplinada.
            Debemos de utilizar inferencias para detectar las ideas implícitas y hacerlas intervenir en nuestro proceso de aprendizaje (Santillana: 2012, 44).

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El joven, el abuelo y el burro


Un viejo, español y su hijo llevaban un burro al mercado para venderlo. Iban padre e hijo, a pie para que el animal llegara menos fatigado a la feria.

  Al poco rato encontraron, unas mujeres, y una de ellas dijo:                                                       
   ¡Miren qué hombres más tontos! Andan a pie teniendo tan hermoso burro!

  El viejo oyó estas palabras y mandó al hijo que montara en el asno. Después de haber andado algún tiempo, pasaron cerca de un grupo de ancianos que se mofaron, de la acción del mozo que iba montado mientras que su padre iba a pie.

  El viejo entonces hizo que se desmontara el hijo, y subió él sobre el burro.                                           

  Más adelante hallaron un grupo de mujeres y de muchachos que al verlos pasar dijeron:
  ¡Qué vergüenza de viejo! Muy cómodo en su pollino mientras que el muchacho va a pie jadeante y  cansado                                                   
    
  El padre al oír esto hizo que el muchacho montase, al anca y así montados los dos siguieron su camino.

  Al buen viejo, le parecía que había encontrado la manera de ir a gusto de todo el mundo, cuando un hombre que pasaba gritó dirigiéndose al grupo                
  ¿Cuál de los tres es el burro?

  Sintióse el viejo muy mortificado con esta pregunta burlona, y el otro la explicó diciendo que era una barbaridad cargar de aquella manera a un animal tan pequeño y débil y les hizo ver al padre y al hijo lo cansado que el burro estaba.

  –Mejor sería que lo lleves cargado hasta el pueblo próximo para evitar que se muera en el camino.

  El viejo, creyó razonable esta observación y entre él y su hijo buscaron un fuerte palo ataron al burro a él y tomando en hombros una extremidad, el padre y otra, el hijo fueron trabajosamente cargados, con la bestia con dirección al pueblo.

  Pero entonces se fue, reuniendo alrededor de ellos, como una procesión de gentes que se burlaban de las personas, llevando a cuestas un burro.



–¡El mundo al revés!–gritaban en tono de mofa

  Por fin al pasar por un puente, hizo un esfuerzo el burro para recobrar su libertad asustado por tanto alboroto, y cayó al agua y se ahogó.

  Por querer complacer a todo el mundo perdió el pobre, viejo su asno. Es bueno, ser complaciente pero sin renunciar al sentido común. Anónimo 


-Pollino
Asno joven y cerril.
Burro semental.

-Jadeante
-Que jadea

-Barbaridad
Acción o acto exagerado o excesivo
Cualidad de bárbaro.

-Mortificado
 Dañar gravemente alguna parte del cuerpo.

-Recobrar
Volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía o poseía.

-Complacer
Dicho de una persona: Acceder a lo que otra desea y puede serle útil o agradable

-Complaciente
Que complace o se complace.






La rueda, de un carruaje hirió la pata de un hermoso perro de San Bernardo. Iba éste hacia su casa, cojo y dolorido y al verlo pasar un herrero le dio lástima

  Lo llamó, le lavó la herida, puso en ella unas gotas de bálsamo y la vendó cuidadosamente. El perro siguió haciendo visitas diarias al herrero éste lo siguió curando y al cabo de una semana el perro estaba curado por completo.

  No se olvidó por eso, de su bienhechor a cuyo taller acudía con frecuencia para mostrarle su agradecimiento.

  Habían pasado algunos meses, cuando una mañana encontró el herrero en la puerta de la herrería; dos perros. Uno de ellos, era su antiguo amigo el de San Bernardo y el otro un galgo que tenía la pata herida y llena de sangre

  El herrero, quedó asombrado de aquel rasgo de inteligencia y de nobleza de sentimientos en un animal y se puso a curar al galgo. El de San Bernardo hizo entonces grandes demostraciones de agradecimiento y de cariño mientras el herrero llorando de gozo le decía. Hiciste bien, y te lo agradezco. Sabías que podías contar con tu antiguo amigo y no sólo has favorecido, a este perro sino que me has dado una mañana feliz.   (anónimo)




Herrero
Hombre que tiene por oficio labrar el hierro.

Bálsamo
Medicamento compuesto de sustancias comúnmente aromáticas, que se aplica como remedio en las heridas, llagas y otras enfermedades.

Bienhechor
Que hace bien a otra persona.

Herrería
Oficio de herrero.

Galgo
Erupción cutánea, parecida a la sarna, que sale frecuentemente en el cuello por falta de aseo.

lunes, 13 de agosto de 2012

CABALLERO CARMELO


Desde agosto de 1913, Valdelomar ejercía como diplomático en Italia, cargo que le había concedido el gobierno de Guillermo Billinghurst, en cuya campaña presidencial había colaborado. Es posible que empezara a escribir «El caballero Carmelo» mucho antes de embarcarse a Europa; lo cierto es que lo concluyó en la ciudad de Roma para luego presentarlo al concurso literario convocado por el diario La Nación de Lima, ocultándose bajo el seudónimo de «Paracas». A manera de adelanto de los trabajos presentados por los concursantes, el cuento de Valdelomar fue publicado en la edición de dicho periódico del día 13 de noviembre de 1913.
El jurado encargado de dirimir en el concurso estaba conformado por el historiador Carlos Wiesse Portocarrero, el crítico y narrador Emilio Gutiérrez de Quintanilla, y el poeta Enrique Bustamante y Ballivián, éste último era además el director del diario La Nación y gran amigo de Valdelomar, con quien mantuvo por entonces correspondencia. De este carteo se desprende que el escritor quería ganar el concurso para demostrar su valía a sus compañeros de la Universidad de San Marcos, pues todavía estaba con el mal sabor de la derrota de su candidatura a la presidencia del Centro Universitario (ver más detalles en la biografía de Abraham Valdelomar). Transcribimos parte de una de las cartas que el escritor envío por entonces a Bustamante y Ballivián:
He leído en el primer número de La Nación, que es el único que he recibido, las bases de un concurso literario. Usted sabe, Enrique, cuánto necesito triunfar donde se me presente un honrado campo. Teniendo esto en consideración, y sabiendo que usted es miembro del jurado, sin voto (que de otra manera no le confiaría esto) porque no deseo bajo ningún punto que se me favorezca sin derecho y sin justicia, le digo lo siguiente: he sacado de mi libro de novelas cortas ese cuento que le envío, para entrar al concurso. Como usted sabe que me jodería completamente sacar un segundo o tercer premio, el favor que usted me va a hacer consiste en que entregue el cuento, al cual le pongo yo un seudónimo; para en caso de no sacar el premio, no se sepa mi nombre. Esto lo hago yo, su intervención es esta otra: Si me dieran por chiripa el primer premio, entonces usted explica al jurado la razón que tuve para dar mi seudónimo y la carta que envío para garantizar la propiedad de mi cuento. Esto sólo en el caso de que se trate del primer premio, pues si no, usted se quedará tan calladito y no se sabrá que el cuento ése es escrito por este pobre diablo. Otra cosa aún. Como yo no quiero que hablen y critiquen mi actitud al ir a ese concurso, ni que digan que es cojudo2 y que, yo desde Europa, les vaya a arrebatar triunfos a los de allí, le incluyo un pliego en el cual renuncio al premio y cedo el dinero al que me suceda y, si éste no lo quisiera, al Centro Universitario o a cualquier sociedad.3
Como era de esperar, el jurado otorgó a «El caballero Carmelo» el primer lugar en el concurso de cuentos: el galardón venía acompañado de cien soles de premio (27 de diciembre de 1913). Tal vez nadie entonces imaginó que con ese episodio simbólico se inauguraba una nueva etapa en las letras peruanas. En el número del 3 de enero de 1914 La Nación publicó los resultados del concurso. Valdelomar quedó más que feliz con la noticia, pero poco después ocurrió el golpe de estado del coronel Oscar R. Benavides que derrocó al presidente Guillermo Billinghurst: en protesta, el escritor renunció a su cargo de diplomático. Por entonces se hallaba en tratos con una editorial de París para dar a luz su libro de cuentos criollos, que encabezaría El caballero Carmelo, pero este proyecto no se concretó, y Valdelomar retornó al Perú, en abril de 1914.
El cuento fue incluido después en el libro del mismo nombre, de carácter misceláneo: El caballero Carmelo (Lima, 1918). Ello es una prueba de la resonancia que entonces tuvo el cuento, al punto que el autor lo tomó para dar título a su primera colección cuentística.
[editar]Contexto

El ambiente de popularismo y democracia creado alrededor del corto período presidencial de Guillermo Billinghurst (1912-1914), político provinciano al igual que Valdelomar, tal vez tuvo algún influjo en el surgimiento del cuento criollo valdelomariano, tarea que debe entenderse como un cambio de perspectiva en lo que toca a la valorización de los espacios de la nación peruana.4 Ámbitos provincianos, considerados hasta entonces menores y normalmente relegados de la representación literaria, aparecieron entonces en primera fila, recreados por una de las mayores plumas, sino la mayor, de la narrativa peruana del siglo XX.
Argumento

Contado en primera persona con un lenguaje tierno y conmovedor, y ambientado en un entorno provinciano y rural, este cuento nos narra la historia de un viejo gallo de pelea llamado el Caballero Carmelo, que debe enfrentar a otro más joven, el Ajiseco. El Carmelo, sacando fuerzas de flaqueza, gana, pero queda gravemente herido y poco después muere, ante la consternación de sus dueños. Este es el tema central.
Como temas secundarios podemos mencionar la vida familiar en el hogar del protagonista-narrador (incluida las peripecias del gallo «Pelado») y la vida de los pescadores de la aldea San Andrés, cercana a Pisco.
Época

Hay que distinguir la época en que fue esbozado y escrito el cuento (entre los años 1912-13) y la época en que está ambientado el relato, lo cual podemos fechar, teniendo en cuenta su carácter autobiográfico, entre los años 1896-97, es decir cuando el protagonista-narrador tenía entre 8 a 9 años de edad. Prueba del talento del escritor es que, siendo un hombre mayor, se retrotrae a la época de su lejana infancia y con la sensibilidad de un niño relata esta historia sencilla pero que bajo su pluma se convierte en maravillosa.



lunes, 16 de julio de 2012

Vamos soldaditos, canción del cautiverio


HIMNO DE TACNA
Mantengamos el fuego sagrado
del amor a la patria inmortal,

que Dios salva y eleva a los pueblos
que confían en su libertad
. (bis)


Vamos soldatitos,
vamos a marchar
y vivemos siempre
que viva el Perú.

Con Tacna y Arica
y Tarapacá (bis)
pa ca pa ca pa ca
(anónimo)

El cuento fantástico


Actividades (segundo grado)
Copiar en el cuaderno:
Los cuentos fantásticos  son en los que se narra una situación increíble, elevada o ingeniosa. Donde las situaciones  se exageran fuera de la lógica.

La diferencia con los cuentos maravillosos, es que en los cuentos maravillosos, las situaciones pueden ser realistas, pero asombrosas. Ya que  maravilloso significa asombroso, mientras que fantástico significa creado por la imaginación. Ejemplos de cuentos fantásticos:

Los viajes de Gulliver.
La historia sin fin.
Entrevista con el vampiro
La reina de los condenados.
Lee atentamente el siguiente cuento fantástico, luego desarrollas las actividades planteadas, al final... (las preguntas con sus respectivas respuestas las escribes en tu cuaderno)

Una noche mientras buscaba en mi mente alguna idea que escribir para una muestra de cuento fantástico, y al no encontrar nada útil. Me decidí a salir a dar un pequeño paseo por las húmedas calles de la ciudad.

Al pasar por un viejo cementerio, me di cuenta de que a lo lejos unos jóvenes jugaban entre las tumbas. Curioso me acerqué para mirarlos mejor. Eran góticos en alguna clase de aquelarre, tenían calderas en fogatas, y todos cantaban alrededor de la más grande. De pronto todos se agacharon y comenzaron a aullar. Yo los miraba desde una distancia considerable, escondido entre unos abetos. Comenzaron a pelearse entre ellos, cual si fueran lobos auténticos. Al ver esas escenas decidí sacar mi nuevo celular y grabar toda esa fantástica comedia. Pero uno de ellos se dio cuenta de mi presencia y corrió hacia mí, yo comencé a reírme por lo cómico que me pareció un muchacho a gatas mordisqueando las valencianas de mi pantalón.  Pero una mordida paró mi risa, instintivamente le di una patada, mandándolo a volar. Los aullidos del chavo, llamaron la atención de la manada, quienes prestos acudieron a su auxilio. Ninguno hablaba, solo lo lamían del rostro. Luego todas las miradas se tornaron hacía mí.

Yo traté de dialogar con ellos pero ninguno hablaba solo se comportaban como animales. De pronto una mujer que llevaba una negra y peluda piel en el cuello, dio un agudísimo aullido. Tras el cual todos comenzaron a perseguirme en cuatro patas. Yo corrí con todas mis fuerzas hacía el bosque que estaba al norte del cementerio. Al voltear para ver si me seguían, me di cuenta de que una autentica manada de lobos me perseguía. Al parecer se habían acabado de transformar en animales, yo no alcanzaba a entender cómo. Las décadas de estudio me impedían creer en algo fuera de la lógica. Tal vez la magia si existía, o tal ves los súper poderes y ellos los controlaban, o habían tomado alguna clase de droga mutagénica.

Con las pocas fuerzas que me quedaban me trepé a un árbol. En la copa no me pudieron atrapar. Allí me quedé toda la noche, viendo a los lobos saltar una y otra vez para morderme y tirarme. Al alba me comencé a quedar dormido, cuando termino de salir el sol y ya no escuché movimientos,  aullidos o ladridos me decidí a bajar. A los pies del árbol estaban varios jovencitos vestidos de negro, con sus ropas rasgadas y manchadas por el barro, el pasto y la sangre de unos y otros. En la boca de uno de ellos, un trozo de mi pantalón.

Sigilosamente los pasé, al pasar junto al enterrador este me miro divertido y me dijo que nunca olvidase no meterme en lo que no me importaba, ya que la curiosidad si podía matarme. Yo regrese a casa, y lo primero que hice fue contarles todo a mis familiares, pero ellos solo me tildaron de ebrio y me echaron hasta la noche, cuando pude escribir esto.

Actividades:
-Extrae las palabras desconocidas, busca su significado y anota su significado. 
-¿Qué parte o partes del relato son irreales, por qué?
- En cuántas partes podemos dividir la narración? Explique
- Quién es el narrador, quién es el autor?
-En qué lugar, en qué tiempo se desarrolla el cuento?
-Al final del realto, cómo concluye, según tu parecer
-Dibuja una escena que te haya llamado la atención.

lunes, 25 de junio de 2012

Los subgéneros literarios

Denominamos géneros literarios a los grupos en los cuales podemos englobar una obra literaria concreta. Desde una óptica de retórica clásica las obras literarias se pueden clasificar de la siguiente manera: obras líricas, obras épicas y obras dramáticas. La lírica habitualmente tiene que ver con la sensibilidad y la estética, la épica normalmente narra los hechos acaecidos a héroes o también a antihéroes y por último las obras dramáticas son aquellas que tiene por fin que el libreto sea representado encima de un escenario.

Aunque casi todas las obras literarias se pueden clasificar dentro de los tres grandes géneros citados en el párrafo anterior hay que tener en cuenta que toda obra literaria se gesta en un determinado periodo histórico al cual se encuentra indisolublemente unido lo cual puede provocar que la obra no se adscriba a pies juntillas a un determinado género literario.

Los subgéneros literarios líricos son la oda, la elegía, la égloga, la sátira y la canción. Los subgéneros literarios épicos son la epopeya, el poema épico y el romance. Los subgéneros literarios dentro de la prosa nos encontramos con el cuento y la novela. Por último dentro de los subgéneros literarios dramáticos están la tragedia, la comedia, el drama, la ópera y la zarzuela.

Podríamos decir, como ya hemos apuntado anteriormente que al gestarse y publicarse la obra dentro de un contexto histórico determinado esto provoca que el género literario que ampara a la obra se esté desarrollando con unas determinadas variaciones que han influido al autor a la hora de pergeñar el texto literario. Cuando muchos autores caen bajo la influencia de una manera de tratar un género literario en un tiempo determinado, esto hace que nazca el subgénero literario.

Fuente: http://espaciolibros.com/los-subgeneros-literarios/